sábado, 1 de junio de 2013

De hormiga a orgullo

Este fin de semana estoy en tierra pucelana, Valladolid y si concretamos más todavía en Arroyo de la Encomienda, aquí vive mi hija mayor Marta y mi yerno Rubén con sus dos gatos: obiwam y bitelchus mas conocidos como obi y bitel  (tengo la debida autorización firmada y sellada de ambos, ya sabéis, la de protección de datos a los menores de edad, así como de las mascotas). Están recién instalados en un precioso ático de diseño (os avise que en mi circulo tenemos un virus muy contagioso, el virus de la mudanza), a lo que iba, que me liais¡¡¡ estuvimos presente el finde de la mudanza, otro fin de semana de compras y colocación, y este finde lo estamos dedicando a últimos remates y disfrute del ático en cuestión , con éste creo que daré por terminada la trilogía: mudanza, instalación y puesta a punto del ático de diseño.
El ático en cuestión es una preciosidad, grande, luminoso, acogedor, decorado con muy buen gusto, en su comunidad disponen de piscina, pista de padel, zona de juegos infantiles y no sigo por que parezco un promotor inmobiliario, pero cierto es y cual notario doy fe.
Cada vez estoy más convencida que esta feliz y compenetrada pareja estaban condenados a encontrarse, conocerse y terminar  juntos, son tal para cual, están hecho el uno para el otro y para mi es un verdadero privilegio y placer ser la madre de una y la suegra del otro, tengo un 2 x 1 ¡¡¡¡¡ ya no es exclusiva del carrefour.
Marta y Rubén debieron de empezar su andadura por la vida en lo más básico de la escala evolutiva, en alguna vida anterior debieron de ser hormigas, Marta obrera, si nó no es posible como a su juventud es capaz de trabajar como trabaja, ahorrar y esforzarse como se esfuerza. Rubén a tiempo parcial entre obrera y mantenimiento según necesidad del hormiguero, así se explica como no solo es trabajador y mucho, sabe mantener a la perfección tanto la armonía como el taladro en su casa, posee no solo la herramienta, sino los conocimientos necesarios de instalar, reparar y mantener, tengo la sensación de que el Chí en este ático va a fluir como muy pocos Chis fluyen. Y no voy a seguir haciendo el árbol genealógico de sus reencarnaciones por que tampoco se trata de eso.
A Marta desde bien pequeña la llamaba el orgullo de una madre, obvio¡¡¡ se lo ganaba a pulso¡¡ y con los años cada vez se lo gana más, dicen que detrás de un gran hombre hay una gran mujer y en este caso no tengo ninguna duda de que es cierto.
Siempre que tenemos ocasión venimos sabiendo de antemano que vamos a ser tratados como reyes o marqueses o políticos ( que son junto a los banqueros de los que mejor viven actualmente), recibimos un trato exquisito y se desviven por hacer que nuestra estancia sea lo más agradable posible.

No tengo intención esta vez de hacer un relato divertido, en esta ocasión me incline por homenajear públicamente a esta joven pareja merecedora de todo mi cariño , respeto y admiración.



No cambiéis nunca¡¡¡¡¡¡¡¡


                                                                                                     








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