jueves, 29 de junio de 2017

Otro tiempo va viniendo y el que ayer no podía va pudiendo. Conclusión










MAS VALE TARDE QUE NUNCA.



Con la entrada de hoy pretendo poner punto y final a esta segunda entrega en la que semana a semana he ido compartiendo con todos vosotros el proyecto en el que nos embarcamos con Ana para que intentara conseguir más autonomía e independencia, para que intentara crecer como persona fomentando sus valores y en el que la hicimos conocedora y partícipe de una serie de hábitos higiénicos y saludables.

Para que Ana pueda alcanzar el máximo de autonomía posible nosotros intentamos educarla para que sea capaz de crecer en libertad aprendiendo a tomar sus propias decisiones, aprendiendo a  responsabilizarse y a asumir sus consecuencias, a tener capacidad para la resolución de conflictos, a que realice acciones por sus propios medios,  a que asuma el derecho a equivocarse, a que pueda distinguir lo que está bien de los que está mal, lo justo de lo injusto, etc. lo que intentamos es que Ana, en lo que sea capaz, pueda desenvolverse sin necesidad de ayuda externa.

También consideramos que educar en valores, (que no es más que una manera muy bonita y puede que moderna de decir que a los hijos hay que proporcionarles una educación), es importante y necesario para que puedan ser personas socialmente competentes aunque sean personas con discapacidad intelectual.

Valores como la familia, la amistad, la tolerancia, la paciencia, el respeto, la solidaridad, los consideramos esenciales y semana a semana he procurado hacer especial hincapié en que tenemos que tener en cuenta que nuestros hijos aprenden mucho más de lo que ven que hacemos de lo que les decimos que deben hacer, ya que ellos observan como nos relacionamos con otras personas, como resolvemos nuestros problemas, como actuamos ante imprevistos ... ellos van asimilando nuestro sentido de la responsabilidad, de nuestros valores, por lo que debemos de ser consecuentes con lo que les indicamos.

Nosotros pensamos que como padres de una hija con discapacidad intelectual tenemos una misión muy importante, que es la de intentar estar "educados" para poder educar a nuestra hija y nuestro primer paso fue comprender y después aplicar que por encima de cualquier diagnóstico o grado o tipo de discapacidad, somos padres de una persona.

Educar a través de los valores, de los principios, de las actitudes y conductas adecuadas, son la base para vivir en la sociedad y para poder relacionarnos con nuestros iguales y como ya dije en una entrada anterior, el que Ana pueda participar de una convivencia armoniosa, de un bienestar colectivo es responsabilidad nuestra.


Autonomía ¡¡¡ Preparate que cada vez estamos más cerca ¡¡¡

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