miércoles, 19 de abril de 2017

Aprendo, me divierto y casi magia he descubierto.- Más difícil todavía ¡¡¡ Un castaño yo quería.






Cada cosa a su tiempo y las castañas en adviento.


Hoy comienzo con una nueva entrega en este ya variado blog. 
Los miércoles iré alternando "Las Mascotas de Piluca" con otra entrada  algo más "mágica y verde".

Quienes me conocen bien saben de mi pasión y de mi amor por las plantas, como  también saben que de un tiempo a esta parte he ido un poquito más allá y me he atrevido a intentan comprender mejor el ciclo de la naturaleza.

Aunque apenas dispongo de tiempo libre y mucho menos de tiempo libre para poder dedicarlo al ocio, si dispongo de curiosidad, de ganas de experimentar y de aprender de nuestras queridas frutas, hortalizas y de cualquier otra especie que sea capaz de germinar y plantar. 

La verdad es que estoy encantada y maravillada de haber comenzado con mi pequeño proyecto de huerto, que más que de urbano, lo definiría de doméstico.

También me consta que como el espacio disponible para poder desarrollarlo es bastante reducido, ya que apenas dispongo de una pequeña terraza acristalada que ejerce como perfecto invernadero, los árboles que logre sacar adelante los plantaré, una vez que alcancen el tamaño adecuado, en cualquier zona apropiada para que puedan crecer en su hábitat natural con total libertad.

A mi personalmente me parece mágico que de los huesos "muertos" que nos aparecen cada vez que abrimos una fruta, sea capaz de lograr vida. Cada vez que intento germinar esos huesos y voy viendo, acompañada de mi amiga paciencia, que primero comienzan a salir raíces como signo de nueva vida y que una vez que alcanzan cierto tamaño y las plantas en tierra, en más o menos días, dependiendo de la especie, comienzan a brotar, me parece mágico ¡¡¡

Y como para muestra lo mejor es un botón, quiero comenzar con uno de mis mayores logros el cual os muestro orgullosa, hoy os presento a  mi querida castaña.
Tengo entendido que no son fáciles de conseguir, pero yo quise intentarlo y aquí está mi adorada, convertida en un pequeño arbolito que algún día se convertirá en un enorme y precioso castaño.




 
Para germinar la castaña lo primero que tuve que hacer fue recrearla un bosque artificial. Comencé con el proyecto a mediados de noviembre, que fue cuando compré castañas en el supermercado, al llegar a casa las fui poniendo en agua para encontrar a la elegida, ya que si la castaña flotaba no era apta para germinar. Cuando encontré a la adecuada la puse en tierra intentando recrear su caída desde un árbol, después la cubrí de hojas secas, que previamente recogí en la ribera del río y la regué con bastante frecuencia, pero teniendo siempre en cuenta que debía de imitar el agua de lluvia, se trataba de mantenerla húmeda y no empapada, por supuesto había que mantenerla en un lugar alejado del sol. Tardó unos dos meses en dar sus primeras señales de vida que fue cuando vi una fuerte raíz que iba levantando poco a poco el fruto. 
Cuando observé que el brote iba en serio y comenzaba a verse verde quite las hojas secas y poco a poco la fui proporcionando horas de luz no de sol directo, hasta que por fin comenzó a brotar el verde, el futuro castaño estaba preparadísimo para nacer. Que emoción ¡¡¡

No os podeis imaginar la alegría que me llevé, lo había logrado ¡¡¡ pensar que una castaña, que hacía dos meses estaba junto a otras miles de castañas en un supermercado para su venta, había logrado revivirla me emocionó ¡¡¡ 



Desde este espacio os animo a vosotros también a que intentéis  conectar con la naturaleza pero siempre desde el respeto, valorando el medio ambiente en el que vivimos, apreciando el mundo natural , contribuyendo a su cuidado y preservación,  seguro que os sorprenderà, como me ha ido sorprendiendo a mi según he ido viendo mis pequeños avances. 

Espero que la entrada que os he preparado para el día de hoy haya sido de vuestro agrado, si así ha sido os animo a que veáis las próximas que con cariño os iré preparando.









No hay comentarios:

Publicar un comentario