jueves, 19 de marzo de 2015

Diario de AMY JONES





Llegó el jueves y puntual aquí estoy.

Esta semana me siento generosa por lo que le quiero dedicar mi espacio literario a Carolina

La verdad es que me apetece mucho hacerlo, creo que se lo merece por simpática, por agradable y especialmente por que la pequeña yorkshire me ha tratado fenomenal desde el primer día que puse la pata en esta casa.

Va por ti pequeña¡¡¡

Una mañana nos despedimos todos de ella por que se llevó Piluca al animalito a visitar al esquilador, yo no entendía muy bien el porque de la despedida ni en que consistía lo que la iban a hacer, por que jamás en mi vida escuché decir palabra igual.
No sé de nadie que se lo llevaran a esquilar y hubiera vuelto, bueno a decir verdad tampoco sé de nadie que se lo llevaran a esquilar y que no hubiera vuelto y es que para no mentir no sé de nadie que se lo llevaran a esquilar por que entre otras cosas no sé lo que significa esa palabra, lo que si que sé es que, por tanto desconocimiento, pasé un rato bastante preocupada hasta que regresaron pensando en lo que harían a la pobre perrita.

Cuando Piluca regresó con ella fui inmediatamente a recibirla, a curiosear y a comprobar en primera persona en que consistía la hasta hora desconocida técnica de esquilar.

Que decepción más grande me llevé, que chasco¡¡¡
Solo sé que despedí a Carolina cuando se fue y pretendian que diera la bienvenida a una rata alborotada y escasa de pelo.
Donde estaba mi hermana??
Por que ese horrible cambio??
Creo que en ese momento me perdí por que no fuí capaz de entender nada.

Piluca a la rata la llamaba igual, Carolina y no hacía más que llamarla guapa y preciosa, yo me esforzaba por entender que estaba pasando pero por más que me esforzara no era capaz de comprender nada.

La olfateaba, no olia igual.
La seguía, no actuaba igual.
Que esta pasando???
De que va todo esto???

De repente la vi subida en la cama de Ana y quise hablar con ella, Piluca la dejó allí por que estaba necesitada de tranquilidad y yo no hacía más que preguntarme por que una rata pelona recién llegada a casa necesitaba de un lugar para encontrar tranquilidad.
No sabía si debería de tener miedo de ella, pero según me acercaba la iba notando tranquila y algo me dio la suficiente confianza como para lanzarme.
Me acerque más, de nuevo la olfateé, no era ella, no era mi Carolina, pero esos ojos, esos ojos me resultaban familiares, esos ojos me hablaron.

La ofrecí mi pata y me la aceptó, chocamos nuestras patas exactamente igual como lo hacíamos Carolina y yo y entonces lo comprendí, era ella, mi hermana perruna¡¡, la habían cortado el pelo¡¡¡¡ había visitado la perruquería, eso era todo¡¡¡  que alegría¡¡¡

Que susto me di¡¡¡
que miedo pasé¡¡¡
creí que ya nunca la volvería a ver¡¡¡

Juntas estuvimos un ratito en la cama de Ana y la observé, la observé mucho, la observé muchísimo, ya sabia que era ella pero no lo parecía y no sólo por el corte de pelo, no se.. había algo que me desconcertaba, no se yo¡¡¡ Por lo que decidí dejarla tranquila y que se tomara el tiempo que necesitara para recuperarse de lo que la pasara, que maja que soy¡¡¡¡

Lo que no puedo comprender fue la reacción de la miss, cuando llegó Carolina a casa disfrazada de rata la recibió con un beso, la olfateó y se fue, será posible??? no volvió a visitarla en toda la mañana,  no mostró ni pizca de interés, como podrá ser tan descastada???   tan pasota???  tan dejada??? y luego dirá que el animalito la importa, un rábano¡¡¡ eso es lo que la importa ella y el resto de habitantes de esta casa.

Menos mal que estaba yo en casa¡¡¡
menos mal que la ofrecí consuelo¡¡¡
menos mal que soy así¡¡¡
La más, la mejor, la más mejor¡¡¡
Viva yo¡¡¡¡









Y para demostrar la veracidad de lo aquí relatado, aporto documentación gráfica.

Dos hermanas unidas ante la adversidad de la más pequeña.

TE QUIERO PEQUEÑA¡¡¡¡¡¡








Me encanta que mis planes salgan bien¡¡¡¡

No hay comentarios:

Publicar un comentario