jueves, 31 de octubre de 2013

De como mi yo maruja se convirtió en maruja tecnológica










Soy maruja y a mucha honra, por circunstancias de la vida (circunstancias debió de ser el segundo nombre de mi hija pequeña), me dedico a parte del cuidado de mi hogar y a mi familia, si he de ser sincera y justa reconoceré que mi señor marido se ocupa de la otra parte, es decir, de la parte que yo no me ocupo, de ahí que en un alarde de sinceridad y justicia reconozca públicamente que me ocupo solamente de una parte. El mundo laboral lo dejé antes de convertirme en madre, apenas lo saboree por lo que tampoco lo hecho mucho de menos, para bien o para mal la vida me vino así y así procuro aceptarla, intentando vivir lo que me ha tocado vivir con la mayor dignidad posible, procurando que no me falte el buen humor y mis ratitos de alegría, por que la vida ya de por sí solita se encarga de fastidiar,  por lo que en su día decidí no amargarme más que lo estrictamente necesario.

Llevo casada 28 años y tengo dos hijas de 26 y 22 años que son mi orgullo y satisfacción. Os imaginareis que a tenor de las edades de mis hijas tengo más de 33 años, pero como me encuentro en mi segunda juventud os aseguro que estoy estupenda por dentro y puede que hasta por fuera, que para todo hay gustos y para gustos se hicieron los colores.  No me avergúenza reconocer que por circunstancias (si os fijáis tengo a esta tal circunstancia pegada a mí como una mosca cojonera) no he avanzado mucho en muchos temas, apenas me reciclo y se me van pasando los años cuidando de los míos (especialmente de Ana) y contagiada de vez en cuando con el virus del ama de casa del cual estoy como de circunstancias,  hasta las mismísimas ........ cada cual es libre de terminar la frase como quiera.


El caso es que cuando me he querido dar cuenta, me encontré como desfasada, fuera de onda, a gran parte de mi entorno no lo terminaba de comprender, usaban un vocabulario totalmente desconocido para mí, oía hablar de whassap, facebook, twenti, internet..... yo pensaba para mí: y dale la burra al trigo¡¡¡¡ es que la gente no sabe hablar de otra cosa y yo callada, por que si por algo me caracterizo es por no hablar de lo que desconozco.

Cuando empece a lamentarme al darme cuenta de mi retraso-social mi señor marido, que entre otras muchas cosas para eso está, decidió poco a poco introducirme en el maravilloso mundo de las nuevas tecnologías. De lo primero moderno que recuerdo utilizar fue el teléfono móvil, eso sí, del tamaño de Kansas City, yo era tan feliz recibiendo llamadas fuera de mi casa, por Dios que ilusión¡¡¡ me sentía importante y todo¡¡¡¡, después poco a poco logre avanzar y aprendí a llamar,  lo siguiente fue utilizar los mensajes de texto, me costo comprender el funcionamiento y utilidad de los sms pero una vez que lo logre me sentía la mujer más feliz de este mundo, yo solita era capaz de quedar con mis amigas para desayunar sin necesidad de estar en casa dependiendo del teléfono fijo, empecé a conocer  el significado de la palabra independencia.  Cuando disfrutaba de mi viejo móvil a toda plenitud, ya que no solo lo usaba para recibir o enviar llamadas ó sms, también aprendí a programarme solita mis alarmas a modo despertador o para recordar tomas de medicación, aprendí también incluso a poner o a quitar el bluetooth según necesidad, pasar fotos o canciones.....pues eso, cuando me encontraba en plena complicidad con mi móvil vino mi señor marido a enseñarme a utilizar internet.

Creí enfermar, no lo comprendía, lo más básico me resultaba complicadísimo, yo que pensaba que mi móvil ya era el no va más de la tecnología,  madre mía¡¡¡¡ que mal lo he pasado, recuerdo que no era capaz de teclear la arroba,  pero poco a poco fui entrando en ese mundillo y aprendí a navegar, bueno a navegar, primero a nadar, después a bucear y terminé haciendo submarinismo, surfin, y vela antes de terminar navegando.

Despúes vino Facewook, el face si que me hizo feliz una vez que logre cogerle el truquillo claro está, aparte de mis obligaciones diarias tenia que visitar mi muro todos los días, escribía en mi estado y mi vocabulario empezó a ampliarse a no se cuantos megas. Poco a poco aprendí a usar el "me gusta", "compartir" y cuando aprendí a colgar fotos eso ya fue la leche¡¡¡¡¡. Mención especial cuando gente de mi pasado me encontraba a través del Face, el pasado aparecía en mi presente como por arte de birli biloque, me encanta¡¡¡



Cuando estaba tan feliz disfrutando de mi vida tecnológica como una chica mayor, mi señor marido en un intento de facilitarme la vida, sin pretenderlo el hombre me la complicó. Yo vivía feliz con mi móvil modelo patata, con un teclado que funcionaba a base de porrazos con las yemas de los dedos, con una tecnología tan básica que a cualquier preescolar le podías pedir ayuda en caso de necesitarla, cuando se le ocurrió regalarme un móvil táctil de estos de última generación, que a poco más si le dejas suelto por la casa te aspira el polvo del suelo. La madre del cordero¡¡¡¡¡¡ que complicado me resultaba que en vez de aporrear con los dedos como estaba tan acostumbrada los tenía que deslizar, las primeras llamadas que recibí no pude atenderlas, no sabia descolgar, el deslizado no era para mí, tampoco sabia llamar, que si a contactos, a favoritos o a grupos o a la madre que lo parió, los sms que en mi otro móvil ya no tenían secreto para mí, aquí se me complicaban, así que en vez de mensajes debía de comunicarme vía wahsapp, santo cielo¡¡¡¡, la primera tarde terminé con los ojos verdes hasta que conseguí aclararme un poco, el funcionamiento lo pillé rápido, una especie de conversación escrita a modo inmediato, me gusto tanto que me emocioné y quería saberlo todo, todo, todo, después aprendí a enviar fotos e incluso a ser miembro de un grupo, del cual los lectores habituales conoceis a la perfección nuestras idas y venidas por estos mundos.

Detrás del whasapp y del face vino el twiter, aunque personalmente no termino bien de comprender la gracia que tiene, pero el caso es que lo tengo y puede que algún día llegue a comprenderlo. Y por último me hicieron el blogg, eso de ser bloggera me pone, especialmente cuando recuerdo el tiempo y tiempo que he dedicado a utilizar las nuevas tecnologías, pensaba que la vitrocerámica o el microondas ya era el sumun, quien me iba a decir a mí¡¡¡ La última adquisición que he tenido ha sido un portátil para escribir desde cualquier lugar que se me presente la ocasión, así que junto con el móvil y el ipad voy ampliando mis conocimientos informático-tecnológicos.

Reconozco que todos estos inventos del hombre blanco no solo me han servido para comunicarme, que me han servido y mucho, sino que también me han facilitado independencia y me han abierto la mente, me han evitado hacer sudokus que aunque no tienen nada de malo,  sino todo lo contrario,  a mi no me terminan de convencer. Quien me iba a decir a mi que me iba a reinicializar, que mi disco duro se ampliaría unos cuantos megas más y no sigo comparandome con la tecnología por que acabaré diciendo alguna barbaridad, por que he de reconocer que aunque me confieso usuaria, no comprendo su funcionamiento, desconozco el como y el porque funciona, me limito a dar un botón para que se encienda el ordenador, dirigirme a lo que voy a utilizar, hacer un clik en el ratón y poco más.  Las dudas o averías que por cierto son muchas las soluciono llamando al servicio técnico, osea  a mi señor marido o en su defecto a mi hija mayor.

El caso es que aquí estoy, metida en un mundo que aunque no comprendo me atrae, me esfuerzo por comprenderlo y aprenderlo pero reconozco que tampoco le pongo demasiado interés, el caso es que funcione, me da igual como, porqué sí o porqué no, me confieso usuaria desconocida del sistema, lo de desconocida no es por que vaya con seudónimo que no es eso, yo siempre dando la cara, es por que desconozco prácticamente todo su origen, mecanismos, entresijos y funcionamiento, en mi defensa diré que también desconozco el funcionamiento de la luz y no por eso dejo de utilizarla, con dar al interruptor y que se encienda me es suficiente, no necesito saber más, para que, igual el día que lo descubra se me va la magia.





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