viernes, 4 de abril de 2014

El wasap no solo está para guasa.- La historia de la receta que no encontraba farmacia












Nuestro ya mundialmente conocido grupo de wasap ha sido testigo directo de que la amistad y la solidaridad no están en absoluto reñidas con las nuevas tecnologías.

Lo que paso a relatar a continuación está como todo lo que sucede en nuestro grupo basado en hechos reales y contado con la más absoluta sinceridad,  cual notario doy fe.

Sin más dilación, comenzamos:

Un día de esta semana tuve que llevar a Ana al dermatólogo, las lesiones aparecidas en sus labios otra vez hicieron saltar de nuevo las alarmas, no solo a nosotros sus padres,  sino también a su doctora de familia que la envió de forma inmediata al especialista.

De nuevo se confirman los temores, Ana vuelve a rechazar otra vez la medicación que tanto necesita y que tan imprescindible es para tener un mejor control de su enfermedad, en esta ocasión no quieren correr riesgos y cometer el mismo error que cometieron con ella hace casi cuatro años cuando se la retiraron de golpe sin dar opción a otras posibilidades pensando que era la única alternativa posible.

El caso es que para paliar sus lesiones la recetaron un tratamiento urgente y de choque con una medicación que ya había tomado ella con anterioridad, salimos de la consulta con la orden de la dermatóloga de que tomara la primera pastilla inmediatamente al salir de allí,  es muy urgente y como urgente que es hay que comenzar ya, así de tajantes fueron exactamente sus palabras. Nos indica con precisión tanto la pauta de toma de la medicación como por supuesto la de retirada, jamás se debe de suspender de golpe el tratamiento, jamás.

Me dispongo a cumplir las órdenes médicas recibidas y antes de llevarla al centro acudo con Ana a la farmacia a retirar la medicación recetada, mi sorpresa fue cuando el amable farmacéutico nos comenta que hace días que no la sirven por lo que lógicamente no dispone de medicación que ofrecerme ni tampoco de ningún genérico, me aconseja que acuda a otros establecimientos farmacéuticos por si la suerte nos sonriera y les quedaran restos.

Nunca fui mujer de suerte por lo que lógicamente en esta ocasión tampoco la tuve de mi lado, recorrí varias farmacias y en todas me explicaron exactamente lo mismo. Avise inmediatamente a mi marido buscando su ayuda, en Madrid hay más farmacias y posiblemente allí sería más fácil encontrarla. Intento fallido, tampoco Pepe la encontró.

Al día siguiente volví a mi farmacia esperando haber tenido algo más de suerte y que se hubiera producido tan esperado reparto, nada de nada, estábamos ya no igual, sino peor, el tratamiento afortunadamente pude comenzarlo al quedar en mi casa restos de la vez anterior, pero no tenía garantizada en absoluto su continuidad y menos aún su retirada.

Desesperada salí de la farmacia, que podía hacer??? el agobio se apoderaba de mí por momentos y comencé otra vez a sufrir por momentos otra erupción cutánea.


Desolada llegue a casa sin saber que hacer, hasta que de repente se me ocurrió avisar a las chicas del grupo de wasap para pedir ayuda. Explique lo sucedido e inmediatamente cada una salió en busca y especialmente en captura de la medicación en sus farmacias cercanas. Al poco rato me iban llegando wasap desoladores por que tampoco la encontraban, pero al mismo tiempo animándome y pidiéndome que no desesperase, que difundirían mi petición de ayuda a sus distintos contactos.

Paula avisó a Criptana, por motivos laborales se encontraba fuera de la Comunidad de Madrid y mira tu por donde fue quien la encontró en una pequeña farmacia, mi alegría inicial y posterior tranquilidad fue solamente comparable al estado de Alaska que creo que es el más grande de los EEUU.

Las chicas siempre nos ayudamos, nos apoyamos, nos comprendemos, pero esta vez hemos ido más allá, testigo directo he sido y como tal estoy aquí para contarlo. 
Orgullosa estoy de ellas y de que formen parte de mi vida.

Ahora solo cabe esperar que después de las preocupaciones y de las peripecias sufridas surta el efecto deseado y ayuden los comprimidos oriundos de otra Comunidad Autónoma no solo a frenar las lesiones labiales de Ana, sino a conseguir que pueda tolerar la medicación que tanto necesita sin que la rechace su sistema inmunológico,  ójala Ana pudiera comprender lo que cinco mujeres adultas fueron capaces de hacer por ella.

Gracias chicas¡¡¡¡¡







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