miércoles, 21 de mayo de 2014

Diario de una madre desquiciada a la que se le casa su primogénita










Cuaderno de bitácora


 LA ITV 


Como ya comenté en el capítulo anterior, esta semana tocaba ir a Valladolid para asistir en primera persona a la ITV (inspección técnica del vestido) y para allá que nos fuimos.
Una madre por muy desquiciada que esté no debería de perderse tan importante momento y por muy especial y desquiciada que esté yo no pensaba perdérmelo por nada del mundo, o casi??

El jueves rumbo a Pucela, como adelanté en su momento no iría sola y así fue, nunca miento. Acompañada de mi particular escolta de Ana y Angel nos dirigimos a la estación a coger el tren que nos llevaría rápida y cómodamente a nuestro ansiado destino.

No habíamos llegado a Segovia cuando Ana se empezó a encontrar mal, pálida, blanca, ya transparente, mareada... mami me encuentro muy mal, necesito ir al baño.
Que bien¡¡¡ comienzan los problemas, nos dirigimos al WC donde Ana dejo constancia de que efectivamente la criatura no se encontraba nada bien, a escasos kilómetros de Valladolid se repitió la constancia, cojonudo¡¡¡

En estas llegamos, Marta nos esperaba en el anden nerviosa, feliz y totalmente ajena a los últimos acontecimientos, que no cunda el pánico¡¡¡, en esta vida menos la muerte todo tiene arreglo.

No creo necesario entrar más en detalles pero el caso es que Ana no llegó en las mejores condiciones a tierras Pucelanas y al día siguiente teniámos la ITV más esperada entre todas las ITV esperadas, que hacer???

Siempre digo que hay que saber poner al mal tiempo buena cara, arrugas tengo ya de tener siempre la buena cara en modo disponible¡¡¡ aunque más que arrugas yo diría que tengo surcos, más que surcos zanjas y en ocasiones socavones, el caso es que como pudimos partimos con destino a casa de la modista acompañadas en esta ocasión de un termómetro digital y de una conocida marca de bebida bastante apropiada para evitar deshidrataciones cuyo nombre es parecido al de un signo del zodiaco.

Más desquiciada que de costumbre nos fuimos a la prueba que se realizó en la más estricta intimidad, o al menos en la más estricta intimidad que podemos disponer en nuestra familia.
La modista, mi querida competencia Marga, Ana, su noviete y la que escribe el bitácora (presente y escribiendo) formamos la comitiva de acompañamiento.  Juntos disfrutamos de una ITV privada, íntima, recogida, solemne (espero querido lector que sepa apreciar el sarcasmo) ahora en serio, disfrutamos de una ITV especial y bastante emotiva, cargada de sentimientos y emociones, en la que supimos juntos vencer las adversidades que nos regaló el destino, en la que no faltaron las sonrisas ni las lagrimas, como tampoco las visitas de Ana al cuarto de baño.

Si el presente relato lo escribo en calidad de madre de la novia me veo obligada a comentar que los detalles y lo que allí vivimos para nosotros quedan, pero si escribo como blogera, reportera y corresponsal casi de guerra puedo comentar que vivimos una experiencia única, inolvidable, irrepetible.

Las manos de la modista para enmarcarlas, las ideas de Marga para envolverlas en papel de regalo y respecto a la novia que puedo decir?? simplemente que estaba radiante, espectacular, brillando con luz propia entre la más absoluta sencillez combinada a la perfección con el buen gusto, disimulando las imperfecciones, destacando lo que merece la pena destacar y realzando lo que verdaderamente hay que realzar y paro ahí  de contar por que al final cojo carrerilla y puedo decir algo que no deba.

Mi familia es especial y a mucha honra¡¡  todos los que formamos parte de ella también lo somos, para suerte los que se van añadiendo también lo son, quizá sea ese precisamente el secreto de que formemos una piña, una especial piña en la que hacemos lo que haga falta los unos por los otros. Juntos solventamos las adversidades, juntos ponemos al mal tiempo buena cara, juntos vamos a las ITV nupciales cuando es estrictamente necesario en modo manada, juntos guardamos secretos, juntos esperamos el gran día.

A falta de escasas semanas para celebrar tan esperado enlace el secreto mejor guardado de la novia sigue a salvo, a pesar de que nos faltó vender entradas para presenciar el momento, reventas vimos pululando por los alrededores de la casa de la modista¡¡.
El secreto mejor guardado está aprobado por unanimidad de los presentes allí congregados, aún reconociendo que aquello parecía más una junta extraordinaria de cualquier comunidad de vecinos que una prueba nupcial.
Del secreto mejor guardado los pequeños de la familia no están soltando ni prenda, es más, están felices y emocionados por haber sido cómplices, pero por si acaso por favor no les preguntéis, no corramos riesgos innecesarios.
El secreto mejor guardado a pesar de las adversidades debe y tiene que seguir siendo el secreto mejor guardado, que así sea.

Prometo foto


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