martes, 28 de octubre de 2014

Como ser suegras especiales y novatas e insistir en el intento





Cuaderno de bitácora


COMENZAMOS CON AZUCAR, PERO EL EDULCORANTE RESPETUOSO TAMBIEN ES NECESARIO.



Como comenté en el relato anterior hemos comenzado oficialmente con el proceso para ayudar a nuestros hijos a conseguir mayor autonomía e independencia.

El inicio ha sido bastante azucarado, con el objetivo de conseguir hábito les animamos a realizar tareas de su agrado, pero como no solo de recados y tareas vive el hombre, hemos comenzado con nuestros hijos otro proceso menos dulzón que también creemos necesitan, ayudarles a madurar.

Entendamos por madurar el hacerlos "personitas", personas capaces de integrarse en nuestra sociedad y para ello pensamos que deben aprender entre otras cosas a pensar por sí solos, a tomar decisiones, a equivocarse, a reconocer las equivocaciones, a aprender de ellas, a corregir, a enfrentarse a situaciones, a respetar.

Pero el proceso para conseguir hacerlos "personitas" se nos complica en nuestro caso todavía un poquito más, nuestros hijos mantienen una relación sentimental que podríamos calificar de estable y al igual que el resto de personas que mantienen una relación sentimental también tienen que aprender a pensar en ocasiones como pareja.

Mantener una relación con otra persona conlleva una responsabilidad de la que ellos no están exentos y es precisamente esa responsabilidad el principal motivo de nuestro empeño en que deben de aprender a respetarse.
Les trabajamos para que comprendan la importancia del respeto, insistiendo en que deben respetarse como personas dentro y fuera de la pareja.

Si su relación está consentida y apoyada por ambas familias, sus adultos debemos de responsabilizarnos de que sea lo más saludable posible. Si aprenden a respetarse les evitaremos toxicidad, una relación no contaminada es una relación más sana.

Si he de ser sincera el ayudarles a madurar no es tarea fácil, son sus propias limitaciones las encargadas de dificultar bastante el aprendizaje de nuestras enseñanzas, pero nosotras insistimos en que aprendan a diferenciar cuando y como deben de pensar como pareja por muy complicado que a veces nos resulte.

Les intentamos enseñar que la pareja la forman los dos, que las decisiones que tomen para bien o para mal afectaran a ambos, siempre desde un punto de vista positivo insistiendo en que la confianza y sobre todo el respeto serán sus grandes aliados.

No desesperamos, si no lo intentamos no lo conseguiremos, también nosotras estamos aprendiendo a ser suegras y no nos resulta siempre fácil, en ocasiones debemos de pensar en el bienestar de la pareja anteponiendo incluso a nuestro hijo. Vivimos situaciones que nos agotan emocionalmente, en las que nos invaden las dudas y los miedos por si no lo hacemos bien, pero juntas lo vamos resolviendo y al menos hasta ahora de forma satisfactoria.

Comenzar con azúcar nos permitió abrir paso para introducir edulcorante.


Respetaros¡¡¡¡¡









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