miércoles, 15 de octubre de 2014

Como ser suegras especiales y novatas e insistir en el intento





Cuaderno de bitácora


CON PASOS PEQUEÑOS TAMBIEN SE CONSIGUEN GRANDES AVANCES


Recapitulemos, nuestros hijos se conocen desde niños, congeniaron a la perfección desde el mismo instante en que se conocieron, rápidamente se hicieron amigos, grandes amigos, íntimos, inseparables.
Poco a poco, despacito y apenas sin darse cuenta la amistad fue dando paso al amor.
Las familias intentamos retrasar el inicio de la relación que con tanta ansia y a tan temprana edad pretendían iniciar, el miedo a que perdieran tan especial amistad fue el principal motivo, pero cuando vimos que ya era inevitable decidimos consentirla y en vista de lo beneficiosa que resultaba para ambos apoyarla.
Les facilitamos encuentros, les proporcionamos ayuda, nos enfrentamos a realidades desconocidas y supimos crear un hábito de confianza tanto entre nosotras como entre nosotras con nuestros hijos.

Pero como en esta vida no todo es perfecto también no encontramos con tropezones, aparecieron necesidades, celos y dependencias.
Para solucionarlo aprendimos a pedir ayuda a profesionales, a tomar decisiones, a pensar en plural, a no ejercer solo de madres, aprendimos a ser suegras.

También aprendimos a rectificar, a corregir una educación que no era acertada, a corregir unos hábitos poco saludables, aprendimos a enseñar.

Convencidas de que la responsabilidad les aportaría madurez y que la madurez les aportaría  independencia y autonomía, rectificamos.
Al rectificar nos encontramos con otra dificultad, transmitir nuestros convencimientos a nuestros hijos, juntas supimos esperar hasta encontrar la motivación adecuada y una vez que la encontramos juntas la pusimos en práctica.
Despacito lo vamos logrando, nuestras ganas e insistencia finalmente empiezan a ver sus frutos, poco a poco van adquiriendo responsabilidades que van consiguiendo pequeños brotes de autonomía y madurez.

Pero las enseñanzas y preocupaciones no sólo acaban aquí, nuestros esfuerzos también van encaminados en prepararles lo mejor posible para que puedan vivir integrados en este mundo, en su mundo.
Nuestra ilusión es intentar conseguir que sean personitas aceptadas por una sociedad que todavía, al día de hoy, no esta lo suficientemente preparada.

Hay todo un abanico de normas de conducta y comportamiento que deben de conocer y practicar y aunque conocedoras de que ellos lo tienen más difícil que cualquier jovencito de su edad, no nos rendimos y lo intentamos cada día, sabiendo de antemano de la dificultad de nuestra meta,  pero no limitadas por la imposibilidad de lograrlo. Cada impedimento un aprendizaje, cada aprendizaje una motivación, cada motivación esperanza e ilusión para conseguir nuestro objetivo.

Pensamos que con unas habilidades para la vida diaria aprendidas, una conducta correcta y un comportamiento adecuado, tendrán más posibilidades de conseguir tan ansiada independencia.

Orgullosas de que nadie les regala nada.
A nosotras tampoco.

Pero si hay algo que hemos aprendido de nuestros hijos es que el esfuerzo y la constancia a veces tienen su recompensa.
Puede y solo puede, que ellos finalmente la consigan.





No hay comentarios:

Publicar un comentario