miércoles, 29 de mayo de 2013

De alíen, parásitos y demás barrigas

Llega la primavera,  época del año caracterizada por que el frío por fin nos abandona, va entrando el calorcito que nos va preparando el terreno para recibir al verano con los brazos abiertos de par en par.
Es ahora cuando una mañana que salimos a la calle sin abrigo y vemos nuestra silueta reflejada en un escaparate cuando nos damos cuenta que tenemos un alíen,  un parásito instalado en nuestra zona abdominal.
Ha pasado todo un largo y frio invierno a cobijo nuestro,  ha sido alimentado,  resguardado del frio,  le invitamos a que nos abandone y naturalmente ahora se niega a irse.
Por su cuenta se ha empadronado,  opone resistencia incluso a un traslado, no me queda mas remedio que negociar con el si es que quiero que se vaya.
Duras negociaciones,  tengo la impresión que le han informado de sus derechos algun sindicalista experimentado,  amenazo con destrozarle a base de abdominales,  se ríe de mi a carcajada limpia, se sabe capaz de sobrevivir a mi amenaza, ésta no ha sido eficaz, ataco con someterle a
terribles caminatas y ejercicios aeróbicos hasta su completa disolución, tampoco es eficaz, no tengo mas remedio que acceder a una negociación.
Sin mediadores, no me fio de su asesor, ese sindicalista no me termina de gustar, nos sentamos tranquilamente, mi primera opción para ganarme su confianza es adoptarle como hijo, pienso que al sentirse de la familia confiará más en mi, mi estrategia surge efecto, su primera reivindicación: quiere un nombre, entramos en debate, una coca cola zero con unas patatas fritas nos ayudan a la elección, al vivir como un rey decido ponerle uno de un monarca que me guste, principio de acuerdo, apuesto por ir a lo grande, rey de reyes, o lo que es lo mismo Jesús, mi barriga ya tiene nombre.

Gran debate se produce al explicarle que en verano quiero que pase más desapercibido, justamente tiene que ser ahora cuando a jesús le apetece pasearse y  lucirse, tomar el sol, sentarse en las terracitas, los paseos nocturnos, tenia especial ilusión por conocer la playa, entramos en punto muerto, el ímpetu surgido tras la elección del nombre se desmorona, empiezo a ser pesimista, no me va a abandonar nunca, me quiere como a una madre, dice que ya no sabría vivir sin mi, por un lado me emociona, por otro me desespera,estaré condenada a las mallas y los blusones todo el verano???? empiezo a sentir que esta ganando la batalla, pienso en suspender la negociación, me doy por vencida, me resigno a comprarme los modelitos del verano en  Prenatal.

Cuando iba a proceder al abandono, a darme por vencida, a sentirme derrotada, he comprendido que no me puedo deshacer de Jesús, forma parte de mi, es carne de mi carne, reconozco que incluso he podido encariñarme con el, me resigno, las negociaciones estaban suspendidas, cambio de táctica, me inclino por guiarme del sentimiento y no de la estética, Jesús forma ya parte de mi, esta dentro de mi, lo comprendo, lo acepto, lo luciré si no orgullosa, al menos con naturalidad, he querido deshacerme de el y me ha sido totalmente imposible, no me puede derrotar como persona, es un alíen, un parásito condenado a depender de mi para sobrevivir, le hable con ternura, como lo haría una madre, habemus  consenso¡¡¡¡¡¡ se queda¡¡¡¡ 

No hay comentarios:

Publicar un comentario