UN FRENAZO A TIEMPO PUEDE SER UNA VICTORIA.
Ya estamos en el mes de junio, mes previsto inicialmente para que el proyecto tan ilusionante ofrecido a la pareja feliz fuera una realidad, para que supieran lo que significa ser independientes, para que pudieran aprovechar la oportunidad ofrecida de irse a vivir juntos, pero finalmente no ha podido ser ¡¡¡.
Ya se les advirtió en su momento que para poder llevar a cabo tan ansiado proyecto sería imprescindible haber conseguido un mínimo de preparación, tanto a nivel individual como de pareja. Támbien el que hubieran alcanzado unos requisitos necesarios de formación, habilidades y autonomía, sin olvidar otro detalle muy importante, que se hubiera podido conseguir una vivienda adecuada.
Para empezar encontrar la vivienda finalmente no ha sido posible, a última hora han fallado los propietarios que iban a permitir que tan ansiado proyecto de independencia se intentara hacer realidad en su casa.
Tampoco la preparación conseguida como pareja la hemos considerado adecuada, ya que no se han dado en estos momentos los mínimos que considerábamos necesarios para poder llevarla a cabo. Por todo ello hemos decidido frenar y aplazar para mejor ocasión la experiencia en vez de condenarla a un fracaso.
Ya éramos conscientes de que el ofrecimiento era un ofrecimiento arriesgado. Ya contábamos con que nos encontraríamos con obstáculos previsibles y con tropezones ineperados, algo lógico si se piensa bien, pero saber de antemano que el proyecto no tenía viabilidad, que no sería beneficioso para la pareja y que estaba condenado al fracaso, fueron motivos más que suficientes para frenarlo.
Después de todo prisa no tenemos y es preferible cuando nos decidamos a hacerlo, hacerlo bien.
Ya éramos conscientes de que el ofrecimiento era un ofrecimiento arriesgado. Ya contábamos con que nos encontraríamos con obstáculos previsibles y con tropezones ineperados, algo lógico si se piensa bien, pero saber de antemano que el proyecto no tenía viabilidad, que no sería beneficioso para la pareja y que estaba condenado al fracaso, fueron motivos más que suficientes para frenarlo.
Después de todo prisa no tenemos y es preferible cuando nos decidamos a hacerlo, hacerlo bien.
El obligado frenazo hemos decidido utilizarlo para mejorar, para hacerles comprender que la formación que han adquirido y las habilidades que han aprendido no deben perderlas ni olvidarlas, que tanta dedicación, esfuerzo e ilusión cómo han puesto no lo consideren una pérdida de tiempo sino todo lo contrario y que deben de seguir esforzándose y preparándose para cuando todos los factores les resulten favorables.
La decisión tomada ha sido comprendida y aceptada por la pareja feliz, que remedio ¡¡
Otra vez será ¡¡¡¡
Rendirnos nosotras ???
Nunca jamás ¡¡¡
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