miércoles, 19 de noviembre de 2014

Como ser suegras especiales y novatas e insistir en el intento







Cuaderno de bitácora.



COMO SER UNA BUENA SUEGRA SIN DEJAR DE SER UNA BUENA MADRE



No nacemos enseñados, aprendemos poco a poco y con los años.

De niños disfrutamos de nuestra niñez, la inocencia que nos envuelve y la falta de preocupaciones nos es totalmente propicia para el disfrute.
De jóvenes de nuestra juventud, la transición a nuestra vida adulta nos emociona.
Los padres están al otro lado, siempre están al otro lado, hasta el día que también nosotros cruzamos la línea convirtiendónos en uno de ellos.

Si el ser madre no es fácil, hay que reconocer que el ser madre de una personita con discapacidad intelectual lo complica bastante.
Si el ser suegra tampoco es fácil, también tendremos que reconocer que el ser suegra de una personita especial también le añade más dificultad.

Desde que me he convertido en "suegrita especial" reconozco que no siempre me resulta fácil saber  como actuar, a veces no me es sencillo comprender donde termina la línea de madre y donde comienza la de suegra, en ocasiones todavía dudo sobre que debo anteponer, si el bienestar de mi propia hija o el de la pareja, debo de tener en cuenta que las decisiones que pueda tomar como madre pueden afectar a ambos, por lo que debemos de pensar muy bien nuestros actos, tampoco es cuestión de beneficiar a uno perjudicando al otro.

En nuestro caso las "cónsus" nos dimos cuenta desde el principio de la relación, que lo más beneficioso para nuestros hijos sería actuar en dos frentes principalmente, comunicación de madres con hijos y comunicación entre familias.

La comunicación con nuestros hijos es total, la confianza con la que acuden a nosotras cada vez que nos necesitan es asombrosa, ambas reconocemos orgullosas que nos facilitan mucho nuestra labor.

Respecto a sus adultos responsables somos de las que pensamos que es necesario que las familias creemos unos vínculos una vez permitida y apoyada la relación. Debemos de tener entre nosotros entendimiento, complicidad, colaboración y apoyo en beneficio de nuestros hijos.
En nuestro caso afortunadamente las mamis colaboramos, nos informamos de todo lo que nos tengamos que informar para tomar decisiones conjuntas y hasta ahora me alegra decir que jamás hemos tomado una decisión, que haya perjudicado a alguno de los dos.

Los celos y especialmente la dependencia entre ellos como pareja es lo más trabajoso y delicado que nos hemos encontrado hasta ahora. El intentar que no se produzcan ninguna de las dos situaciones no es tarea fácil, su falta de comprensión les impide entender claramente los efectos negativos que les puede provocar así como la facilidad con la que se produce. Los límites lógicos que en ocasiones nos vemos obligadas a poner a veces los toman como rechazos, los consejos como obstáculos, las normas por prohibiciones y los actos como retos, sin embargo hemos sabido encontrar grandes aliadas para facilitarnos nuestra misión: paciencia, insistencia y constancia, es si, siempre aderezada con cariño y comprensión, mucho cariño y mucha comprensión.

En nuestro caso las mamás no nos rendimos, esta etapa no nos puede.
No lo vemos imposible ni fácil, lo encontramos trabajoso y cansado, muy cansado, emocionalmente agotador aunque soportable.

No seremos las mejores madres, tampoco pretendemos serlo, nos conformamos con intentarlo,  preocupándonos, esmerándonos, agotándonos, lo damos todo por bien empleado si conseguimos nuestro objetivo, hacer de nuestros hijos personitas con valores, respetuosos, respetados, educados, integrados y buena gente. De momento estamos en ello, poco a poco lo vamos consiguiendo.

Lo que creemos que hay que hacer para ser una buena suegra sin dejar de ser una buena madre es:
- escuchar a dos
- preocuparte por dos
- querer a dos

Pensamos que si nos apoyamos las mamis nos será más fácil ser buenas suegras.






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