martes, 9 de septiembre de 2014

Como ser suegras especiales y novatas e insistir en el intento.







Cuaderno de bitácora.



QUIEN LA SIGUE.... LA CONSIGUE



Inicio una nueva serie de pequeños relatos con el doble objetivo de dar a conocer y concienciar de una realidad tan real aunque todavía puede que desconocida .
En esta ocasión el tema central tratará sobre la discapacidad y para introducirnos en esta realidad contaremos con unos protagonistas de excepción: la pareja feliz. A través de ellos nos será más fácil conocer sus preocupaciones, sus ilusiones, su preparación, sus límites, su lucha, su esfuerzo, su integración ..... su especial mundo.

Para quien no nos conozca, lo correcto, adecuado y educado sería hacer una breve presentación.
Las suegras somos dos mamis, mi consuegra y yo. Nos une el tener cada una un hijo con discapacidad intelectual, el de ella es un guapo jovencito de 24 años y la mía una preciosa jovencita de 23. Supongo que habrán adivinado al utilizar las palabras: suegras, jovencito y jovencita que nuestros hijos mantienen una relación sentimental, pues si, forman una más que feliz pareja de novios, especial, pero feliz, tanto que estoy en condiciones de asegurar que hasta el día de hoy mantienen una relación envidiable

Nuestros hijos han iniciado hace algo más de año y medio una relación, pero no es una relación sentimental cualquiera, su relación tiene de especial que es real. Tan real y tan sincera que está consentida y apoyada por las respectivas familias. Sus sentimientos son auténticos, tanto es así que sus adultos responsables les apoyamos, procuramos comprenderlos y les estamos empezando a preparar para que ójala pudieran vivir en un futuro juntos.

Si el ser consuegras ya resulta a veces un poco complicado, imaginaros lo que dificulta el ser consuegra especial, pero también les puedo asegurar que nuestras satisfacciones seguramente serán mas satisfactorias que las de las consuegras ordinarias.

Juntas hemos aprendido a superar distintas situaciones y experiencias. Nos enfrentamos a temas más o menos delicados o incluso desconocidos, como pueden ser los celos, la sexualidad, la autonomía, la dependencia ... con la mayor naturalidad posible. Nos comunicamos y nos tenemos confianza, de otra manera no hubiera sido posible llegar a donde hemos llegado y todo ello siempre pensando en el bienestar de la pareja.

Nuestros hijos se conocieron en el colegio, ambos acudían a un centro de educación especial de nuestra localidad. Ana ya estaba escoralizada cuando se incorporo Angel, conectaron desde el mismo instante que se vieron por primera vez. Ella tenía 12 años, él 13. Se hicieron muy amigos, a esa edad la amistad fue el sentimiento más profundo que fueron capaces de sentir, tan amigos eran que entre ellos se llamaban hermanos.

Fue pasando el tiempo y la amistad creció y creció hasta que un día se dieron cuenta de que empezaban a sentir algo más y más fuerte. Recuerdo que en plena adolescencia se empeñaron en iniciar su noviazgo, las familias intentamos por todos los medios retrasar lo inevitable, no por evitar una relación que estábamos seguros se iba a producir, si no por dar lugar a que crecieran y aseguraran así sus sentimientos. Nuestro temor era que por precipitarse llegaran a perder la amistad tan especial que ellos solos lograron tener.

Mientras llegaba su momento, cada uno por su lado, confundidos, tuvieron sus novietes, les resultaba difícil canalizar el sentimiento tan grande que iba creciendo dentro de ellos, pero en ningún caso con esos novietes llegaron a nada, sus sentimientos seguían intactos sintiendo lo que sentían.

Hace poco más de año y medio ya no pudimos impedir que iniciaran la relación que llevaban tantos años esperando y deseando tener, lo inevitable sucedió y se negaron en redondo a esperar más tiempo.

Y aquí estamos las mamis, aprendiendo a ser suegras, apoyando la relación, ayudando en sus dificultades, colaborando en las medida de nuestras posibilidades, pero por encima de todo enseñando a la feliz pareja a respetarse, ayudarse y comprenderse. Las dos deseamos que nunca pierdan lo que tanto les a costado conseguir, una relación envidiable.

Relato a relato  trataremos de enseñar lo aprendido, de demostrar que ellos también son plenamente capaces de vivir con toda normalidad su relación, que son capaces de sentir amor, capaces de ofrecerlo, capaces de recibirlo.  Que necesitan apoyos??? si, los necesitan, pero esa necesidad no debemos convertirla en un obstáculo, debemos convertirla en ayuda.

La discapacidad sentimental no existe, podéis creernos.






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