martes, 16 de septiembre de 2014

Como ser suegras especiales y novatas e insistir en el intento.







Cuaderno de bitácora



SIN  LLEVAR LA CONTRARIA A CUPIDO.



Que es lo que pasa cuando una madre ve a su hijo feliz, alegre, contento e ilusionado???
En nuestro caso la respuesta es fácil, querer verlos siempre así.
Que dure.

Eso es precisamente lo que nos ha pasado a nosotras, a mi consuegra (de ahora en adelante mi consu) y a mí.

Como ya comenté en el relato anterior nuestros hijos se conocieron en el colegio, después coincidieron en el instituto y de nuevo se encontraron en el centro ocupacional donde actualmente tienen su ocupación. Hay veces que tengo la sensación de que el destino se ha empeñado en que estuvieran juntos y ha insistido e insistido hasta que por fin lo ha conseguido.

Poco a poco te vas dando cuenta de que tu hijo va cambiando, no protesta al levantarse por la mañana para ir al centro, sonríe más de lo habitual, está con muy buen humor y le vas viendo vivir en modo cómplice sin poder disimularlo, habla y habla y habla de lo bien que se lo pasa con la otra persona, lo que se divierten juntos, lo que hacen juntos en las horas del descanso, que si comen juntos, que si se esperan a la entrada y a la salida del centro, que si puedo llamar por teléfono, que si me puede acompañar a mis actividades, que si podemos quedar el domingo, que si, que si.... Las señales son evidentes, cupido ha acertado, ha clavado dos de sus flechas hasta el fondo y más allá.

Y un buen día se presenta delante de ti un proyecto de hombrecito y te solicita permiso para ser el novio formal de tu hija, entre asombro y risas le contestas que te lo pensarás, es de lo primero que te ocurre como respuesta ante lo inesperado de la pregunta, él te insiste, de nuevo le contestas que te lo tienes que pensar y también hablar con su madre, hay que hacerlo bien, comprendes???.  El contento te dice que su madre ya lo sabe y que le deja, que le deja¡¡¡¡ que gracioso y tierno la verdad¡¡¡¡ pedir permiso a las mamis para iniciar un noviazgo¡¡¡¡¡ en estos tiempos que corren... impensable¡¡¡

Todavía no has entrado por la puerta de tu casa cuando tu hija comienza con el tostón, vas a llamar a la madre de Angel???, porfi mami, llámala, llámala, anda déjanos ser novios¡¡¡¡ mami porfi, porfi, porfi.¡¡¡¡¡ Y entonces comprendes que ya no hay marcha atrás, no se puede demorar más, sí ó sí van a ser novios, no será mejor conocer las familias la nueva situación y estar pendientes y participar ????. Entré por la puerta y lo primero que hice fue descolgar el teléfono.

Llegados a este punto, que hacer??? se pueden poner puertas al campo??? nosotras desde luego ni lo intentamos, pusimos inmediatamente en marcha el mecanismo de la confianza y acto seguido el del consentimiento, permitiríamos el inicio de la relación siempre que ésta fuera beneficiosa para ambos.

Como suegras, muy novatas, pero dispuestas a seguir viendo tan felices a nuestros hijos, acaso por nuestros temores y miedos les ibamos a condenar a privarlos del bienestar que les proporcionaba el enamoramiento tan grande que los invadía a los dos??? desde luego que no. Estábamos dispuestas a aprender, a dejarnos aconsejar por expertos y sobre todo a guiarnos de esa sensación tan particular que tenemos las madres, cuando nuestros radares internos nos advierten de los peligros incluso antes de que asomen. En esta ocasión no saltaron las alarmas, las dos vimos con buenos ojos el inicio de la relación y juntas permitimos que ocurriera.

Hicimos una especie de pacto, total confianza, contarnos todo por que ninguna queríamos perdernos nada, pensábamos disfrutar con ellos, aprender con ellos, e incluso sufrir con ellos, por que también sabíamos que no todo sería un camino de rosas, pero que merecería la pena intentarlo.

Juntas lo hicimos, juntas lo hacemos y juntas lo seguiremos haciendo.





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