Cuando tenía 19 años me saque el carnet de conducir obligada por las circustancias, no toque un coche en mi vida, hará aproximadamente cuatro años mi esposo de regalo de cumpleaños me apuntó a una autoescuela para recibir de nuevo clases de conducir a modo de recuerdo y me regaló un coche, ante la magnitud del regalo me vi obligada a volver a la autoescuela y tras recibir 10 clases mi profesor se negó a darme más, según sus propias palabras no necesitaba más clases, sabía conducir perfectamente, lo que necesitaba de verdad era valor y echarle huevos. No estaba muy equivocado.
Desde el inicio de mi vida como conductora he tenido pánico a dos cosas concretamente, incorporarme a una Nacional y conducir por ella y respeto a otras dos, aparcar en línea y circular por las glorietas ó rotondas.
Los pánicos, miedos y respetos dicen que necesitamos tenerlos para vencerlos así conoceremos la sensación de vencer un miedo, de superar un reto, estoy todavía en ello pero he superado con éxito el de circular por las glorietas y me siento muy orgullosa de ello, mi conducción en las rotondas es ágil y segura. En ellas experimento todo tipo de sensaciones, no podía ni imaginar que una glorieta diera para tanto.
La primera sensación que experimento es el acertar en la exactitud del cálculo, tienes que estar pendiente para incorporarte correctamente, esperar el momento adecuado y adelante¡¡¡¡¡ una vez dentro según el resto de conductores, del tamaño y características de la rotonda en cuestión las sensaciones son diferentes.
Me enfurece cuando vas por tu derecha con tu intermitente indicando que en la próxima salida te dispones a abandonar la rotonda cuando viene triunfante por tu izquierda el típico listo que va a tomar la misma salida que tú, con el tiempo he adquirido una especie de radar en mi cerebro que me advierte de "cuidado, listo con prisa a tu izquierda, posibilidad de beso lateral", hábil me dirijo a mi objetivo sin encontronazo y lo que es mejor... antes que el¡¡¡¡¡
Mi verdadero orgullo es cuando ya estás dentro de la rotonda y los vehículos de la salida de la izquierda están parados con semáforo rojo y los de tu derecha avanzan por que lo tienen verde, te pilla en el medio, que haces???? si continúas atascas la glorieta y lo odio cuando a mi me pasa, si lo veo venir mi opción favorita es pararme, dejar pasar a los de mi derecha y ver como desfilan delante de mí los conductores agradecidos levantándome su mano en señal de gracias, oh¡¡¡ me encanta esa sensación, siento que mi generosidad se va inflando más que el airbag,¡¡¡ cuando el semáforo se pone verde vamos pasando todos sin haber ostruido la glorieta, me incorporo de nuevo con la sensación de haber hecho lo correcto y me hace sentir orgullosa de mi misma, me encanta¡¡¡¡
También me gusta y mucho cuando en la situación anterior los conductores de atrás me pitan, que subidon¡¡¡ hay veces que callo y disfruto y otras en cambio les digo... no necesito coros... no es para tanto... cualquiera haría lo mismo que yo¡¡¡¡ pero cuando disfruto de verdad es cuando pasa la policía local y regaña a los conductores que me estaban pitando, en una ocasión un policía me aplaudió y todo por estar parada sin protestar ni obstruir, que disfrute¡¡¡¡¡ un poco más y me dan un diploma.
Y cuando estando incorporándote o dentro ya de la glorieta pasan vehículos de emergencia y los conductores se ponen nerviosos que no saben si moverse o quedarse quietos me pongo en modo cardiaca, hay veces que hasta entorpecen más que ayudan, ni disfruto ni me rio, me entristece y cabrea que en estas situaciones el conductor no sea más ágil y humanitario, nadie estamos libres de necesitar un vehículo de esas características.
Por suerte he superado uno de los traumas, ahora intento incorporarme a las carreteras especialmente a las Nacionales y conducir por ellas, poco a poco. También estoy haciendo pinitos con los aparcamientos en línea, pero esas experiencias casi que dan para otro relato.
Querido lector, si has llegado hasta aquí en el relato y eres conductor por favor se respetuoso en las glorietas y especialmente ágil y correcto cuando coincidas con vehículos de emergencia dentro o fuera de ellas.
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