miércoles, 3 de julio de 2013

Amor y discapacidad. La importancia del compromiso






Creo,  si no recuerdo mal que hice un primer relato serio de homenaje y reconocimiento a los voluntarios en general y a los míos en particular, por lo que éste del día de hoy sería el segundo relato de estas características. Para facilitar la comprensión de lo sucedido en el día de ayer os diré que soy madre de una personita con discapacidad, para ser más exactos de una chica de 22 años que tiene un novio de 23 tan especial como ella. Ayer me hicieron pasar una tarde de lo mas entrañable y emotiva que me apetece compartirla con todos vosotros seguidores, lectores fijos, ocasionales y los accidentales también.

El pasado día 28 de junio fue día de acontecimiento importante para ellos, celebraban cierto tiempo de noviazgo, para tan especial ocasión me pidieron de regalo unos anillos para poder grabar sus nombres en ellos y ser oficialmente novios, me pareció tan sincero, tan emotivo y tan tierno que acepte inmediatamente, fuimos a la tienda, eligieron el modelo que más les gusto,  decidieron la inscripción y se encargaron, ayer era el gran día, la recogida de su símbolo de tan grande amor.

Desde el día del encargo hasta el día de hoy no han pensado en otra cosa impacientes e ilusionados, por fin llego el día, nada más llegar mi hija a casa tras pasar la jornada en su centro habitual la pregunta del millón, es hoy no mama???? si cariño, ahora dentro de un ratito iremos a por ellos, nada más decirla estas mismas palabras sonó el teléfono, el novio feliz, quería hablar conmigo en secreto, sin que su pequeña se enterara, había pensado él solo sin la ayuda de nadie que ya que era el gran día fuéramos con ellos y después, ya con los anillos, ir a la pequeña y preciosa ermita que tenemos en nuestro barrio a pedir a la Virgen patrona de nuestra ciudad que los bendijera, me quedé sin palabras, en un principio me dio por reírme por lo inesperado de su petición, pero acepté encantada aunque aun sorprendida. Se puso su madre a la que recién le había hecho la misma petición, como era de esperar ella también acepto encantada y  a la vez sorprendida igual que yo, juntas apoyaríamos a nuestros hijos como hemos venido haciendo hasta ahora.

A escondidas de mi hija quedamos que vendrían ella, su otra hija, un par de amigos de la hija y conocidos de la pareja protagonista y un primo que casualmente estaba en casa de él. Por nuestra parte mi hija y yo, suficiente, no tengo familia aquí para una urgencia tan urgente como ésta.

Llego la hora, la comitiva vino a casa a recoger a mi hija, primera fase de la sorpresa conseguida, todos fuimos a recoger los anillos, momentazo, nervios en la prueba, el chaval no se lo quiso llevar puesto ni quiso que su novia se lo pusiera, le apoyamos las mamis al ser conocedoras de su plan hicimos a la perfección nuestro papel de compinches que nos habían asignado, a la dependienta se la explico como pudimos lo que íbamos a hacer al ver reflejada la extrañeza en su cara. Nos dirigimos a la ermita, el no caminaba, flotaba directamente, ella sorprendida y extrañada no sabia lo que la esperaba aunque la extrañaba el no haber salido los dos con los anillos puestos. Llegamos a la ermita, afortunadamente estaba vacía y digo lo de afortunadamente por que propició la intimidad que merecía el evento, dentro el pidió los anillos, agarró las manos de ella y le dijo emocionado y tembloroso todo lo que la quería y lo importante que era para él, mi hija también le dedico unas bonitas palabras en la misma línea, la comitiva entre risas y alguna lágrima suelta los escuchábamos atentamente, ellos solos se colocaron los anillos entre promesas y juramentos sinceros de amor. Felicitamos a la feliz pareja, les deseamos lo mejor y fuimos los primeros testigos de lo afortunados que se sentían al ver alcanzado su sueño, el noviazgo era oficial, estaban comprometidos.

Salimos fuera tras encender unas velas y en secreto, tal y como nos pidió el novio preparamos el arroz, cuando salieron les dimos una ducha del citado cereal que estarán días soltando arroz por cualquier parte de su cuerpo, les gritamos vivan los novios y las caras de la feliz pareja eran el vivo reflejo de la ilusión, la culminación de haber logrado su objetivo, de la felicidad. Todos nos fuimos a una terraza a tomar algo para celebrarlo, por que la ocasión merecía celebración.

Lo mejor de todo, es que tan tierna, romántica pero sincera idea ha salido de una personita especial, con unas limitaciones que no le han impedido saber demostrar todo el amor sincero y real que es capaz de sentir, que no le han impedido pedir colaboración para echarle una mano y que la ha tenido, que ha recurrido a las familias para pedir ayuda y que las familias colaboraron, han estado ahí para hacerlo posible, por que tiene que ser así. Las familias siempre haremos lo que esté en nuestra mano para exigir sus derechos, contribuir a su felicidad, compartir sus ilusiones, enseñarles a tener buenos sentimientos y a no tener miedo de demostrarlos, a ayudarlos en todo lo que podamos a que sus sueños se hagan realidad y a facilitarles una buena calidad de vida. La feliz pareja es afortunada, conocen el amor de pareja correspondido y reciben los apoyos necesarios para que así sea y siga siendo. Aprendamos de ellos la naturalidad y sinceridad de sus sentimientos, la ternura, el cariño, el cuidado y el amor tan sincero, puro y limpio que son capaces de sentir y de dar,  eso sí, sin esperar nada a cambio. Tarde de sorpresas y emociones sin lugar a dudas, afortunada de presenciarlo y vivirlo. Así me siento

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