jueves, 3 de diciembre de 2015

Cómo ser suegras especiales y cada vez menos novatas y seguir insistiendo en el intento.







Cuaderno de bitácora.


UN EMPACHO MAL CONTROLADO PUEDE PROVOCAR UNA OBSTRUCCION.


Exactamente el 31 de Diciembre del pasado año me despedí de todos mis lectores al finalizar una serie de relatos que escribí sobre la relación sentimental que mantenían mi hija Ana y mi yernito Angel, relación que, por cierto, hasta el día de hoy todavía continua.

Si he de ser sincera, lo que menos esperaba, es que mis escritos tuvieran la repercusión que han tenido, pero lo que todavía me ha sorprendido aún más, ha sido la cantidad de peticiones recibidas para que por favor continuara relatando con total normalidad, tanto los avances que se fueran produciendo en su relación, como los inconvenientes, en el caso que los hubiera.

Parece que interesa conocer cómo dos personitas con discapacidad intelectual mantienen una relación   apoyada por sus familias, interés que si bien por un lado me agrada por otro me entristece, ya que no soy capaz de comprender que es lo que tiene de novedoso, de especial o de extraordinario, que dos familias apoyen a sus hijos en algo tan natural como es enamorarse y querer disfrutar y compartir su vida con la persona amada.

No se me ocurre mejor día para comenzar con otra entrega de relatos que un día como hoy, un 3 de Diciembre, día que se celebra el Día Internacional de las Personas con Discapacidad.

En mis relatos anteriores ya expliqué cómo y porqué comenzó todo, porqué y cómo dos familias encabezadas por sus madres decidimos apoyar, consentir, ayudar y por que no, incluso animar, a nuestros hijos para que pudieran tener una relación sentimental sana, respetuosa y saludable.

Desde que dejé de escribir hace casi 1 año quiero comentar, con la única intención de ponernos un poco al día, dos cuestiones principalmente: la primera es que los sentimientos de nuestros hijos no han variado, se mantienen intactos, exactamente igual que desde que  se conocieron y la segunda es que las suegris tuvimos que intervenir para evitar que su relación comenzara a resultar un poco tóxica. 

Por que ??
Por un exceso en el tiempo de estar juntos.


Todo lo hacían juntos, no concebían bajo ningún concepto la separación, lo que les llegó a provocar tal empacho a nivel emocional que a punto estuvo de provocar una obstrucción tanto a nivel individual como de pareja.

Como lo hicimos ??? 
Controlando ese tiempo.
Para ellos ese tiempo era poco e insuficiente, tanto tiempo pasaban juntos que se comenzó a crear una dependencia que considerábamos totalmente innecesaria y dañina.

Como siempre las madres vimos claramente los primeros síntomas del empacho y como siempre no dudamos en intervenir. Cierto es que hubiéramos preferido que hubiera sido la pareja quienes hubieran intentado solucionar "el atracón tan amoroso" que estaban cocinando ellos mismos, pero viéndolos incapaces de hacerlo decidimos intervenir para evitar que llegara a producirse una obstrucción amoroso-amistosa de difícil solución y peores consecuencias.
Nadie nacemos sabiendo, no ????  pues ellos tampoco.

Como ?? pues primeramente hablamos entre nosotras de la nueva situación que estábamos empezando a observar, acto seguido hablamos con nuestros hijos hasta llegar a conseguir un primer entendimiento, después juntos decidimos propiciar pequeños espacios en la pareja con la única intención de desterrar la dependencia que estaba comenzado a germinar entre ellos antes de que enraizara y se nos complicara más. 
Objetivo a conseguir que se echaran de menos, si, que se echaran de menos, un sentimiento que considerábamos muy necesario en ese preciso momento de su relación prácticamente desconocido para ellos.

La pareja feliz no estaba demasiado conforme con nuestra sugerencia, no terminaban de entender porqué si se les permitía querer tanto a una persona, no se les permitía estar absolutamente todo el tiempo posible con esa persona.
Hablamos, hablamos mucho con ellos, les intentamos explicar repetidamente lo beneficioso que podría resultar para su relación el relajarse, el desconectar un poco, el intentar que cada uno buscarse un espacio para si mismo sin que participara el otro, intentábamos  evitar una obsesión. La verdad es que no muy conformes, todo hay que decirlo,  aceptaron nuestra sugerencia casi más como una norma impuesta que como un consejo maternal, que remedio ¡¡¡¡

Y funcionó, vaya sin funcionó ¡¡¡, tras unos días con algo más de reposo amoroso de lo habitual  conseguimos que la tranquilidad comenzara a instalarse en sus corazones y que comenzaran a  echarse de menos, si ¡¡¡¡ logramos que se echaran en falta ¡¡¡ como también logramos que se dieran cuenta de lo que verdaderamente significaba la otra persona, de lo importante que era, de que valoraran lo que la otra persona les aportaba, pero lo mejor de todo fue que fueron capaces de hacerlo, lo mejor de todo fue el que realmente descubrieran y aprendieran que esos pequeños descansos les propiciaron el regreso de la tranquilidad y el sosiego que tanto necesitaban.

Después de todo no son diferentes las vivencias y experiencias que viven la parejas con algún tipo de discapacidad intelectual de los que no la tienen, ellos no están exentos de vivirlas, es más en ocasiones hasta creo que tienen que experimentarlas ya que también forman parte de su vida, de su aprendizaje. Vivirlas les proporcionan experiencia, la experiencia madurez y la madurez autonomía e independencia, exactamente igual que nos sucede a todos, todos crecimos así, todos maduramos así, no debemos de olvidar ante todo que estamos hablando de personas.

Normalidad, una vez más la normalidad se impuso, por que mientras desconozcamos secretos y formulas mágicas para intentar solucionar todos los obstáculos con los que nos vamos encontrando, la normalidad seguirá siendo nuestra mejor guía y consejera.

Pero no acaba todo aquí, próximamente os hablaré de los proyectos que tenemos para con nuestros hijos, proyectos ilusionantes con los que esperamos conseguir grandes avances tanto a nivel individual como de pareja.

Rendirnos nosotras??? 
Nunca Jamás ¡¡

Os emplazo al primer jueves de cada mes para conocer como este par de suegras especiales y cada vez menos novatas insistimos en el intento de proporcionar a nuestros hijos no sólo madurez, automía  e independencia, sino también el derecho a vivir y a disfrutar de una relación sentimental sana, beneficiosa y envidiable.






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